Tanatologia

Guía para duelo por la pérdida inesperada de un ser querido

Equipo Arriaga
Editor de contenido
El duelo es una de las experiencias más dolorosas y tristes de la vida, que todos los humanos deben pasar por ella alguna vez, ya que la partida de este mundo es inevitable, un hecho natural. Pero, si el fallecimiento ha sido inesperado o súbito, el malestar psicológico puede ser superior al de uno esperado.

Este tipo de pérdida súbita puede ser por homicidio, suicidio, accidentes de tráfico o laborales, complicaciones de enfermedades, etc. Es importante conocer en qué se diferencian los duelos normales por los de una pérdida inesperada o súbita, además de que ofreceremos una guía para afrontar este tipo de suceso.

Duelo normal y duelo por pérdida inesperada

El duelo toma cierto tiempo para que podamos acostumbrarnos a vivir sin la presencia de nuestro ser amado; sin embargo, se debe volver a la realidad y darle cara a los compromisos que quedaron pendientes, los que se generan por el motivo del fallecimiento, tales como pensiones, tarjeta, hipotecas, testamento, entre otros.

«El duelo es un proceso distinto para cada persona; se trata de un trabajo emocional que es natural e ineludible».

Ahora bien, si el dolor del duelo es el mismo ya sea por pérdida repentina o anticipada, la diferencia está en que la inesperada es mucho más impactante y desorienta con facilidad a la familia y seres cercanos, reduciendo la capacidad para enfrentar y comprender lo que ocurrió.

Es decir, no solo se está de luto por la pérdida de un ser amado, sino que también se lidia con el trauma por la forma en la que partió, a diferencia de una pérdida anticipada, donde se puede dar cierto sentido a la situación, dando campo libre a que la familia se pueda preparar emocionalmente.

Lo mejor para afrontar este tipo de pérdida es acudir con un tanatólogo o expertos, ya que ellos comprenden el dolor y la desesperanza que ocasiona cualquier tipo de pérdida, tomando a las personas de una forma integral en sus dimensiones físicas, espirituales y biopsicosociales.

En pocas palabras, es una disciplina que estudia y analiza las pérdidas, para poder brindar apoyo al elaborar los duelos y aceptar una nueva forma de vida, conectarse con el ser querido de una forma distinta.

Por otro lado, es muy importante afrontar la pérdida inesperada dejando fluir las emociones, no negar lo que se siente y favorecer que el duelo se exprese y salga de uno; es necesario llorar, pero tampoco se debe forzar.

¿Qué hacer ante una pérdida inesperada?

Estas pérdidas son singulares, y el duelo no puede ser igual al de un fallecimiento certero, donde nos vamos preparando poco a poco.

Entender y lidiar con este tipo de duelo es un proceso personal y desafiante. Estos pasos pueden apoyarte a sobrellevar esta experiencia:

  • Aceptarlo, superar ese sentimiento de irrealidad que sucede. Se debe tomar total consciencia de esta falta. Es un factor común que las personas que perdieron a un ser amado de forma súbita se muestren frías, sin expresar su tristeza o algún tipo de desconsuelo.
  • Hay que intentar trabajar en la tristeza, para que el enfado, el dolor y los sentimientos de culpa vayan disminuyendo. Ante una pérdida súbita se le puede sumar al dolor y a la angustia una falta de comprensión del hecho, añadiendo sentimientos de injusticia por lo ocurrido, hasta pueden aparecer sentimientos de culpa y frustración por no haber podido hacer algo.
  • Busca apoyo profesional hablando con amigos, familiares y tanatólogos, estos últimos son la mejor opción ante una pérdida súbita. Compartir tus sentimientos puede aliviar la carga emocional.
  • Deja que el duelo fluya, no te apresures a superar el dolor. El duelo requiere de tiempo y es un proceso personal; no tienes que volver a la normalidad rápidamente.
  • Lleva a cabo rituales de despedida, como servicios conmemorativos, para que obtengas un sentido de cierre, ayudando a despedirte.
  • Etapa de superación y asimilación. La pérdida es difícil de superar, pero lo importante es aprender a asimilarla y a vivir con ese vacío y dolor, conmemorando, integrando, honrando y recordando con amor al ser querido. Aprende a perdonarte y aceptar que hiciste lo mejor que pudiste en las circunstancias dadas.

No existe ninguna solución rápida, pero con el paso del tiempo y el apoyo necesario es posible encontrar un camino hacia la curación y la adaptación a una nueva realidad. El duelo es diferente para todos, no te compares ni te juzgues por tus sentimientos.

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