¿Cómo sobrellevar la muerte de mis padres?
El fallecimiento de alguno de los padres puede traer consigo repercusiones muy importantes dentro de la vida.
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«Después de su sangre, lo más personal que puede dar el hombre es una lágrima» Alphonse de Lamartine
La vida como antes se conocía ha sufrido un cambio radical, quizás ya nada volverá a ser como antes, ahora una necesidad fundamental es adaptarnos a esta nueva realidad, cuando pensamos en todo aquello que hemos perdido, ya sea en el momento o para siempre nos provoca un inevitable dolor.
Sin embargo, mirar la realidad quizás nos da fuerza para seguir adelante asumiendo lo que es, el reconocer que hoy es diferente nos puede llevar a mirar una nueva forma de entender la vida.
Jamás imaginamos este dolor colectivo, hoy estamos compartiendo sentimientos y emociones que nos vinculan, aceptar que algo se terminó nos conduce a la elaboración de un duelo.
El duelo es ante todo un proceso que nos hace comprender nuestra realidad y asumir desde lo más profundo de nuestro ser nuestra humanidad, nuestra finitud y vulnerabilidad.
«Estamos ante una catarsis de dolor de nuestra propia existencia, el hombre doliente como lo denomina Victor Frankl, habita en cada uno de nosotros»
Observemos nuestro día a día, mírate a ti mismo, ¿Cómo estás afrontando tu dolor? ¿Estás evitando sentir o simplemente aceptando lo que estás viviendo? El dolor es mejor afuera que adentro, necesitamos expresar nuestros sentimientos, comunicar qué nos pasa, darnos un tiempo de comprensión hacia nosotros mismos, un espacio de amor propio es fundamental para sanar y comenzar un nuevo camino a partir de lo vivido.
El rendirnos a la dificultad de enfrentar lo que no podemos cambiar nos hace dar un salto cuántico a un movimiento evolutivo al afrontar la vida con sus polaridades. Al reconciliarse estas diferencias se obtiene un equilibrio.
Mirar la realidad genera un cambio mayor, afrontar el dolor viviéndolo y asumiéndolo nos hará libres y fuertes para honrar nuestro destino y el de los demás.
